Por Lewis Forest – Lewis Te Cuenta
Recorrer La Cueva en Barranquilla no es simplemente visitar un bar, es hacer un viaje en el tiempo hacia los rincones más profundos del arte, la poesía y la intelectualidad del Caribe colombiano. Este emblemático lugar, que alguna vez fue una tienda de barrio, terminó convirtiéndose en un santuario cultural, frecuentado por el legendario Grupo de Barranquilla, integrado por mentes brillantes como Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio, Alejandro Obregón, Germán Vargas, y muchos más.
Entrar a La Cueva es sentir que las paredes hablan. Cada rincón guarda una anécdota, una carcajada, una discusión apasionada sobre el país, el arte y la vida. Fue impresionante estar ahí, caminar donde estos grandes se reunieron, imaginar sus tertulias encendidas, las ideas lanzadas al aire como fuegos artificiales que luego iluminaron páginas y lienzos que hoy son orgullo nacional. Se me erizó la piel al saber que en ese mismo lugar se gestaron algunas de las obras más importantes de la literatura y el arte colombiano.
La Cueva, como Barranquilla misma, está llena de sorpresas. En cada detalle, en cada pintura o trazo que decora sus muros, uno se topa con las huellas de un grupo de soñadores que no solo bebían y reían, sino que reflexionaban profundamente sobre la realidad de una Colombia golpeada por la guerra y el olvido. Ellos transformaron ese dolor en arte, y lo hicieron desde este lugar que aún conserva la magia de su irreverencia, su creatividad y su rebeldía.
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