🧭 Una calle, dos estilos, un mismo encanto
Hoy, por petición de Judith Peluffo (¡gracias por la sugerencia!), decidí caminar la Carrera 60, esa vía que no solo conecta sino que marca el límite entre dos joyas de Barranquilla: El Prado y Bellavista. Lo que me encontré fue mucho más que casas… fue historia, arquitectura y emoción entrelazadas en cada fachada.
Desde el primer paso sentí que estaba cruzando una línea invisible entre dos mundos que dialogan a través del diseño: uno con formas sobrias y geométricas, el otro con detalles románticos y coloniales, pero ambos igual de majestuosos. 🎨🏡
👵 Una casa con alma: la memoria de los abuelos
Apenas inicié el recorrido, me detuve en la esquina de la calle 74 con carrera 60, donde una amable señora me recibió con una sonrisa cálida y una historia aún más hermosa. «Nací en esta casa», me dijo. «La compraron mis abuelos a mediados del siglo pasado». Y mientras me hablaba, yo no podía dejar de admirar las formas únicas de su hogar, con ventanas que parecían salidas de una pintura y una simetría que hipnotiza.
Esa casa no es solo una vivienda, es un testigo de generaciones. Y eso, en una ciudad que crece a pasos agigantados, es un verdadero tesoro. 🕰️💖
🏫 Los colegios que también cuentan su historia
Continué por la Carrera 60 y encontré una joya inesperada: el colegio Nuestra Señora del Pilar, que no solo forma parte del tejido educativo de la ciudad, sino que ocupa una de estas casas maravillosas, adaptada con un amor que se nota desde la entrada.
Y cómo olvidar el Instituto Pestalozzi, un nombre que me estremeció el alma porque también estudié en un Pestalozzi… ¡en Valledupar! Hace 37 años, y con los mismos colores: azul y blanco. Fue como un déjà vu emocional. 💙🤍
El de aquí tiene un aire muy auténtico. Aunque le haría bien una manito de pintura, su esencia sigue intacta: ese equilibrio entre lo educativo y lo estético que tanto escasea hoy en día.
Del viejo continente a Barranquilla
Otro colegio que captó mi atención fue el Galileo Galilei, de raíz italiana. Está ubicado en otra de estas casonas impresionantes que parecen sacadas de una postal europea. Qué fortuna tienen los estudiantes de caminar esos pasillos cargados de historia, bajo techos altos y ventanas amplias. 🇮🇹📚
🏚️ Belleza que cuesta mantener
Ya casi cerrando el recorrido, me topé con una señora que vive en una de estas mansiones. Al contarme sobre su casa, sus palabras tenían una mezcla de orgullo y resignación. Tiene nueve cuartos y siete baños, pues antes allí funcionaba un convento. Increíble, ¿cierto? Pero con toda esa grandeza también viene un reto: el costo de mantenerla.
«Imagínate cuánto cuesta pintar una casa normalita… ahora esta que es un castillo», me dijo. Y sí, lo pensé: preservar la historia también cuesta. Pero qué necesario es. 🏰💸
🙌 ¡Gracias por recorrer conmigo esta calle cargada de historias!
Este paseo por la Carrera 60 fue más que una caminata: fue un viaje al corazón arquitectónico de Barranquilla. Gracias Judith por sugerirlo… y yo por fin decirle sí.
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Nos vemos en el próximo destino,
Lewis te cuenta. 📝✨