🧭 Un mercado con alma cartagenera
Esta vez me fui a caminar el legendario Mercado de Bazurto, ese que no solo es un emporio comercial, sino una verdadera cultura viva en Cartagena. Su historia comienza como respuesta a la sobrepoblación del viejo Mercado de Getsemaní y al incendio que en 1962 dejó a cientos de vendedores sin un lugar donde ganarse la vida. Fue en 1978 cuando más de 2.500 comerciantes cruzaron de un mercado a otro, iniciando lo que hoy es un universo propio dentro de la ciudad.
Bazurto no duerme. Desde temprano, el bullicio se apodera de sus pasillos y los aromas —fuertes, dulces, salados— van marcando el camino. Caminé entre laberintos de puestos donde se vende absolutamente de todo: ropa, zapatos, herramientas, libros, hierbas, celulares usados… pero sobre todo, comida. Aquí el comercio no se detiene y es el motor de miles de familias que han hecho de este mercado su mundo.
🌍 Un espacio sin clases sociales
Bazurto no discrimina. Aquí llega el chef famoso a comprar pescado fresco, el turista curioso a grabar su video, la madre cabeza de hogar a abastecerse y el vendedor informal a rebuscarse el día. Es un lugar donde todos caben. Pero también es un lugar que duele. La infraestructura, golpeada por el tiempo, muestra grietas, filtraciones, inundaciones en época de lluvia, malos olores y una evidente falta de inversión pública. Y sin embargo, la vida sigue. Porque Bazurto no solo resiste… late.
🍤 Comida de otro mundo… ¡y con langosta!
Llegamos a la mejor parte: la comida. La gastronomía en Bazurto es un espectáculo. Probé un arroz de mariscos que no voy a olvidar nunca… y sí, viene con langosta incluida. Así como lo lees: por un precio razonable te sirven un plato que parece de restaurante cinco estrellas. También hay sancocho, pescado frito, carimañolas, empanadas de cangrejo y jugos naturales recién preparados. Comer aquí no es solo alimentarse, es sumergirse en el alma costeña.
🌀 Caótico, vibrante y único
Bazurto es un caos lleno de orden interno, una locura que funciona, un lugar donde el calor te derrite pero la energía te levanta. Sí, necesita mejoras urgentes. Pero su esencia, esa mezcla de lucha, sabor, herencia y vida, no se compra ni se traslada fácilmente. Si vas a Cartagena, no te quedes solo en la ciudad amurallada… camina Bazurto y siente su latido.
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Este trabajo lo hago con el alma, caminando calles, mercados y barrios para contarte historias reales, humanas, esas que casi nadie muestra. Si este contenido te tocó el corazón o te hizo ver a Bazurto con otros ojos, te invito a sumarte. Puedes apoyar con una donación, lo que puedas, lo que nazca… así seguiré llevándote conmigo en cada recorrido. Porque contar la verdad también necesita aliados. 🙌💬 Gracias por estar aquí.