🌆 Un paseo entre sonrisas y sabores

Hoy me lancé a recorrer una de esas arterias urbanas que le dan vida a Barranquilla: la carrera 43. Inicié mi ruta en la Calle 82, descendiendo hasta la 76, en un paseo corto pero cargado de historias, aromas y rostros amables. Esta vía, que alguna vez fue llamada Calle del Cuartel o Avenida 20 de Julio, hoy late con el ritmo acelerado de una ciudad en movimiento, pero también guarda la calma de quienes aún creen en las buenas charlas y los saludos sinceros.

A los costados, casas que parecen detenidas en el tiempo, conservando esa arquitectura que enamora, y un comercio vibrante que no da tregua. Me sorprendió gratamente la variedad gastronómica: desde un auténtico shawarma hasta un arroz chino humeante. Y si de gustos sencillos se trata, incluso un pollo asado bien doradito puede ser el rey del almuerzo familiar. Aquí se viene a caminar… y a comer bien. 🍽️

🏚️ La nostalgia de una casa herida

En medio de este vibrante recorrido, una imagen me tocó el alma: una casona antigua, de esas que uno imagina con niños corriendo en el patio y meriendas bajo el alero, hoy yace en ruinas. Fue desvalijada por completo: le arrancaron las puertas, las rejas, los recuerdos. Entré con respeto, y encontré paredes maltratadas y un silencio triste que lo dice todo. La convirtieron en baño público, en guarida de nadie… y eso duele. Una joya más que se pierde en el olvido. 😞

🍉 Patillazo, pan fresco y tradición viva

Pero no todo es melancolía. La carrera 43 es también alegría, sabor y memoria colectiva. ¿Quién no ha probado un refrescante patillazo? Ese jugo de patilla con trozos helados de la fruta y un toque de limón que revive hasta el ánimo más decaído. 🧊🍉 Y ni hablar de las panaderías: en la del 20 de Julio el olor a pan recién salido del horno te envuelve, mientras que en la Panadería Zapatoca —una joya traída desde Santander— las arepas te abrazan con su sabor tradicional.

La carrera 43 no es solo una calle. Es una travesía urbana que cruza más de 120 vías, muchas de ellas icónicas como la Calle 17, la 30, Murillo y la Circunvalar. Es el hilo que conecta pasado, presente y futuro; el eje que desemboca en Alameda del Río, llevando consigo la fuerza de una ciudad que no para de crecer. 🚗🏙️


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