Por: Lewis Forest - Lewis Te Cuenta
En esta nueva entrega de Lewis Te Cuenta, emprendí un viaje al corazón del Tolima, a orillas del majestuoso Río Magdalena, para vivir de cerca una experiencia que combina tradición, cultura y naturaleza. Honda, conocido como la «Ciudad de los Puentes», no solo guarda historia en su arquitectura colonial, sino también en las aguas que lo atraviesan, donde cada noche los pescadores salen a faenar, acompañados de sus relatos y saberes transmitidos de generación en generación.
Encuentro con los pescadores del Magdalena
En medio de la oscuridad, bajo el cielo despejado y el sonido constante de la corriente, los pescadores lanzan sus atarrayas y redes en busca del sustento diario. Allí, compartiendo el vaivén de las barcas, me adentré en sus historias. Una de las más fascinantes fue la del Mohán, un ser mítico de la tradición ribereña. Según cuentan, el Mohán aparece a los pescadores, especialmente a los que no respetan las aguas, para jugarles bromas: enreda sus redes, les cambia las atarrayas de lugar o incluso los desorienta en medio del río. Algunos aseguran haberlo visto, con su cabello largo, mirada penetrante y su risa burlona resonando entre las sombras.
El arte del cóngolo: pesca artesanal y sorpresas del río
Mientras conversábamos, fuimos testigos de un momento único: uno de los pescadores atrapó un pez de gran tamaño utilizando el cóngolo, un artefacto tradicional que consiste en un embudo de madera y malla, diseñado para capturar especies que se mueven cerca de la orilla o en remansos del río. La emoción del hallazgo fue compartida por todos a bordo, reflejando la conexión profunda que tienen estos hombres con su oficio y con el río que les da vida.
La garza pescadora: un curioso acompañante
Durante la faena nocturna, un visitante silencioso nos acompañó: una garza pescadora. Este ave, con su elegante plumaje blanco, se ha convertido en una aliada de los pescadores. Sabe que, tras cada captura, alguna presa quedará disponible para ella como recompensa por su paciente compañía. Es un ejemplo hermoso de la convivencia armónica entre el ser humano y la naturaleza.
Una noche que revela el alma del Magdalena
Más allá de la pesca y las leyendas, lo que viví en el Río Magdalena es el reflejo de un patrimonio vivo, de una forma de vida que resiste al paso del tiempo. Son historias que no solo hablan de supersticiones, sino de respeto por la naturaleza, de sabiduría ancestral y de la resiliencia de las comunidades ribereñas.
Te invito a ver el video completo en mi canal Lewis Te Cuenta y a descubrir junto a mí las maravillas escondidas en cada rincón de Colombia.
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