Por Lewis Forest 

🚶‍♂️ Un recorrido entre historia, árboles y memorias

Caminar por la carrera 59, desde la calle 59 hasta la 68, es como abrir un libro de memorias donde cada página está escrita con paredes de cal, techos de teja y ventanas de madera tallada. Este recorrido fue más que una caminata, fue un viaje al alma de Barranquilla, a esa ciudad que aún palpita bajo las sombras de sus árboles centenarios y en las fachadas majestuosas del barrio El Prado. 🌳🏡

🏛️ El Prado: joya arquitectónica y cultural

Desde que pisé el primer tramo, quedé maravillado por la exquisita arquitectura que resguarda la historia viva de la ciudad. Las casonas imponentes, herencia de un tiempo dorado, hablan de una Barranquilla culta, soñadora, con espíritu cosmopolita.
Los predios que hoy pertenecen a la Universidad Simón Bolívar son verdaderas joyas patrimoniales; auténticos cofres que guardan el esplendor de aquella Barranquilla de antaño. Pararse frente a sus portones es sentirse parte de una historia que no se olvida, una que aún vibra entre columnas, vitrales y jardines. ✨📚

🍲 Sabores con alma: Eküülu, el corazón de la comida Wayuu

En medio del recorrido encontré un rincón que me abrazó con el sabor de la tierra: el restaurante guajiro Eküülu. Su nombre, que en lengua Wayuu significa corazón o centro, resume perfectamente lo que allí se vive.
Es una experiencia íntima y cálida, una conexión directa con la cultura ancestral Wayuu. Detrás de cada plato están las manos sabias de matronas guajiras que cocinan con memoria, con alma, con esa sazón que no se aprende en libros.
Saborear sus delicias es viajar hasta La Guajira sin moverse de la ciudad. 💛🔥

🎨 Callejones con vida y color

También visité dos de los hermosos callejones intervenidos por la Alcaldía. Antes eran espacios olvidados, sombríos, incluso temidos… hoy renacieron en color, arte y vida.
Allí conocí vecinos orgullosos, quienes me contaron cómo estos lugares se han transformado en puntos de encuentro, en paradas obligadas para las fotos de quienes exploran el barrio y sus casonas antiguas.
Son pequeños milagros urbanos que revitalizan la memoria y nos invitan a soñar con una ciudad más viva y amorosa. 📸🌈

📜 Una calle con muchos nombres, un solo corazón

La carrera 59 ha tenido muchos nombres a lo largo de su historia: fue la Avenida Sexta de las Delicias, también el Callejón Campo Alegre, e incluso figura en documentos coloniales como parte de las Barrancas de Camacho, San Nicolás, San Joseph y San Nicolás de Tolentino.
Pero más allá de los nombres, esta calle es un símbolo. Es un corazón que late entre adoquines, árboles, historias y sueños. 🧭❤️


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Gracias por caminar conmigo. ¡Hasta la próxima aventura! 🌍✨

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